Artistas,  Publicaciones

Gonzalo Díaz

Gonzalo Díaz ha trabajado el texto de variadas formas. Mientras por un lado el texto es el ancla que le permite reflexionar, la materialidad en la que Díaz lo embebe, lo presenta y sostiene permite al espectador redescubrirlo.

Gonzalo Díaz, Resistencia, 1999, resistencia metálica, cerámica y cables eléctricos, 26,8 x 97,7 x 16 cm

Gonzalo Díaz ha tenido una larga relación con el texto, y en esta relación Díaz ha entrado y salido de ellos para proveer una  lectura crítica, como en su impresionante instalación Unidos en la gloria y en la muerte  en el Museo de Bellas Artes de Santiago, y en otras, como en la obra que nos ocupa, se ha replegado para decir en conjunción con un filósofo-poeta lo indecible de la creación artística.

La obra Al calor del pensamiento reproduce un texto de Novalis proveniente de “Polen” (Pollen) que reza: Buscamos por doquier lo incondicionado, y encontramos siempre sólo cosas. Díaz usa en su obra el texto en alemán:  Wir suchen uberall das Unbedingte, und finden immer nur Dinge.1 Y aclara: “Le atribuyo a este fragmento de Novalis el carácter de una definición total del arte, de las obras del arte y de los procedimientos que pone en juego; las máximas distancias que el texto logra conectar en su sentido esquivo  –en la polaridad sin solución de lo incondicionado y de las cosas (y esto es una de las razones por las que preferí usar el texto original en alemán, pues la palabra Unbedingte [incondicionado] contiene la palabra Dinge [cosas])–  fundamenta, creo, esta pretensión jerarquizadora”2

Gonzalo Díaz, Al calor del pensamiento, 1999, resistencia metálica, cerámica y cables eléctricos, 22 x 375,2 x 16,5 cm.

Gaston Bachelard en L’eau et les rêves, Essai sur l’imagination de la matière, declara que “la imaginación de Novalis esta gobernada por un calorismo (calorisme), es decir por el deseo de una sustancia caliente, dulce, tibia, envolvente, protectora, por la necesidad de una materia que rodea todo el ser y que lo penetra íntimamente”.3 No otra parece ser la manera como Díaz representa  el texto a través de una serie de letras incandescentes que intermitentemente largan calor. Si a esto le agregamos que para Díaz este mismo texto es la representación de “una definición total del arte”, su arts poetica, este movimiento de las letras, como sístole y diástole, parece surgir del corazón mismo del artista. Una marcación de un tiempo, próximo al cuerpo mismo, que guarda los susurros de las musas pues la obra se completa con una oreja puesta en el lado superior derecho del panel que contiene el texto, a manera de “potencia” como se llama en la matemática al número o letra que multiplica la formula sobre la que se coloca. Para Díaz esta es una utilización, alemana y romántica, en la que el “pensamiento se asoma al mundo antes como sonido (en el oído del poeta) que como construcción cerebral”. Las ideas de la creación son insufladas en palabras que el artista escucha atentamente e intenta representar. “Potencia” es también, en la filosofía, la “aptitud o capacidad del ser para recibir la plenitud de perfección que le falta y que por su naturaleza le corresponde”.


1- Díaz usa la traducción de Pablo Oyarzún.

2- Las citas de Diaz provienen de una correspondencia del autor con el artista.

3- Gaston Bachelard, L’eau et les rêves, Essai sur l’imagination de la matière, José Corti, 1942. p.54.


Este texto fue publicado en el catálogo de la exposición Las Horas. Artes Visuales de Latinoamérica Contemporánea, por la editorial Hantje Cantz acompañado la exposición se realizó en IMMA -Irish Museum of Modern Art- en Dublín del 5 de octubre del 2005 al 15 de enero del 2006, y luego itineró al Museo de Arte Contemporáneo de Sídney del 21 de junio al 2 de septiembre del 2007. (Ver Exposiciones)