Artistas,  Publicaciones

Waltercio Caldas

En la variada tradición del llamado “libro de artista”, que conoce fundamentales contribuciones de artistas latinoamericanos como Mirtha Dermisache (Argentina) y Ulises Carrión (México-Países Bajos), Caldas elige practicar el libro objeto máspróximo a la tradición surrealista, ”interviniéndolo”con otros materiales y textos. Pero hay también otras conexiones con esta tradición. El interés por los retruécanos verbales y los juegos con la lengua que establece en los títulos, la obra misma y sus referencias -como el mejor Duchamp surrealista-, hacen que la lengua entre y salga de sus libros como enfatizando su carácter frágil en relación con el objeto que la contiene: el libro.

Waltercio Caldas, Vôo noturno (Vuelo nocturno), 1967, cartón, papel e hilo, objeto abierto sin hilo 15 x 32 x 61 cm.

Es así en Vôo noturno (Vuelo nocturno), de 1967, que no solamente marca una contemporaneidad de sus libros con otros intentos en Europa y los Estados Unidos de usar el libro como soporte de la obra de arte. Determina, al mismo tiempo, una poética y una diferencia que permanecerá constante en la décadas siguientes: no tanto la imposibilidad de la obra y su in-materialidad (como en los intentos de Siegelaub en Nueva York en 1968 con el libro de Huebler, como lo hará también con Kosuth y Weiner) sino las múltiples materialidades posibles que incluían el libro.

Vôo noturno es un libro abierto, cubierto por el velo de la noche, negro él mismo, que se sostiene en su fragilidad “abierta” por un fino hilo que une sus páginas. Si Caldas, con un autoadhesivo en el que había escrito “Fim” (Fin) en tipografías diversas, intentaba cerrar la primera fase de su producción, es con letras y libros que abre la segunda y las múltiples fases de su producción siguiente. En el libro O colecionador (El coleccionista) de 1974, sella y multiplica este “fin” también en un libro.

Lorenzo Mammì sugirió una aproximación a Caldas que es igualmente relevante para sus libros. “La ciencia acústica”, nos cuenta Mammì, “conoce un fenómeno llamado sonido de combinación, un tercer sonido. Si dos notas de alturas diferentes, pero relativamente próximas, son tocadas simultáneamente, sus frecuencias chocan y producen una nota claramente audible, equivalente a la diferencia entre ellas. Aunque fue descubierto en siglo XVIII, hasta ahora no se sabe si el tercer sonido es una realidad física o una reacción neurológica. Por analogía”, agrega, “ podríamos pensar que los trabajos de Waltercio Caldas como objetos combinados, como objetos terceros”.1

Waltercio Caldas, Figura figura, 1998, sello de goma e hilo sobre papel, libro abierto aproximadamente 4.5 x 61.5 x 40.5 cm.

Es en esa fragilidad imperceptible, pero real, de sus libros como “objetos terceros” en el que se inscriben Figura figura de 1998 y A simétrica (La simétrica)de 1995. En el primero, un libro abierto proyecta en el espacio una línea de dibujo que se dirige al espectador mismo, creciendo desde la palabra “figura”. Viniendo hacia nosotros, la “línea” es el frágil sostén entre la idea de representación, su posibilidad de sentido y el elemento que la construye y la determina. En A simétrica dos calaveras de cristal reposan sobre el centro de un cuadrado dibujado en un libro. Recortadas por las tapas apenas visibles, de color sangre, el objeto exterior al “texto”, “hace” un texto y determina un sentido.

Waltercio Caldas, A simétrica (La simetría), 1995, dos calaveras de cristal sobre un libro con dibujos con tinta negra, libro abierto: 7.5 x 27.9 x 49.2 cm

Los libros de Caldas tienen un resultado poético, en la manera como combinan objeto, imagen y texto, y “narran” la posibilidad del libro, como con sus esculturas narra el espacio arquitectónico de la sala de exposición. Dan a ver, además, hasta qué punto está preocupado en sus libros por el discurso del arte, y por la relación existente entre libro y sus referencias artísticas. Marcan, en el particular clima artístico de Brasil, una ruptura con otros principios artísticos,como los practicados por Oiticica en su intento de acercar arte y vida. Su libro Aparelhos (Aparatos)de 1979, marcó no sóloeste quiebre sino que también cimentó la reputación de Caldas en la escena nacional brasileña.  

Waltercio Caldas, Aparelhos (Aparatos), 1979, libro cerrado: 5.5 x 27 x 23.5 cm ; abierto: 6 x 28.5 x 54 cm.

1 – Lorenzo Mammì, “Waltercio Caldas”, en Panorama da arte atual brasileira/97 Fernando Cocchiaralle, MAM, Sao Paulo, 1997. p. 101.


Este texto fue publicado en el catálogo de la exposición Las Horas. Artes Visuales de Latinoamérica Contemporánea, por la editorial Hantje Cantz acompañado la exposición se realizó en IMMA -Irish Museum of Modern Art- en Dublín del 5 de octubre del 2005 al 15 de enero del 2006, y luego itineró al Museo de Arte Contemporáneo de Sídney del 21 de junio al 2 de septiembre del 2007. (Ver Exposiciones)